El deporte de SchH y RCI, como todos, ofrece a sus seguidores diferentes alternativas. Algunos guías se contentarán con superar una Prueba de Grado con objeto de introducirse en el mundo del trabajo, conseguir un certificado de monta o participar en certámenes de belleza. Otros, pretenderán llegar mas lejos y encontrarán en estos reglamentos un marco para divertirse desarrollando una actividad agradable para sí y para su perro. Y habrá quienes, con intención verdaderamente competitiva, desearán disputar los más importantes campeonatos.
Todas estas expectativas son legítimas. E igualmente importantes. Pero, para alcanzar cualquier nivel, además de comprometerse personalmente, es preciso desarrollar un programa metódico, con un grado de exigencia técnica acorde al objetivo, que incluya el desarrollo ordenado de cada una de las fases que se consideran a continuación.
ADIESTRAMIENTO CANINO: FASE DE PREPARACIÓN
La preparación del perro de trabajo comienza desde sus primeras semanas de vida. El papel que juega el criador competente es muy importante, pues es a partir de los 40 ó 50 días cuando se inician los lazos sociales entre los miembros de la manada y cuando el cachorro reconoce al hombre como propio de especie. El establecimiento de la jerarquía y el proceso de socialización son imprescindibles para un adecuado desarrollo.
El guía debe estrechar la relación con su perro, desde la etapa de cachorro, durante toda su juventud. Y el programa de adiestramiento debe desarrollar cuanto antes el lenguaje que, a través de establecer comunicación, cree entendimiento recíproco, vía imprescindible para progresar en el futuro.
El guía debe fomentar que su perro “le necesite”. El juego y los paseos por el campo, cubrirán este objetivo y contribuirán al desarrollo físico y emocional del perro. Este tiempo compartido es imprescindible para establecer el vínculo necesario para lograr un trabajo sólido que trascienda al mero condicionamiento.
Durante el período de crecimiento y maduración resulta conveniente que el animal se encuentre relativamente aislado durante algunos de los períodos de tiempo en que su dueño no se encuentre presente. Porque debe aprender a estar tranquilo a solas, a descansar y a reservar su energía para los momentos que compartirá con su preparador; así disfrutará mejor las sesiones de entrenamiento.
En esta etapa se desarrolla la integración del perro en la sociedad de humanos en que le ha tocado vivir. El perro ha de acostumbrarse a estar en cualquier ambiente (campo abierto, club de trabajo, casa, ciudad, etc.) y a aceptar a los extraños (personas y animales) ignorándolos, no mostrándose ni afectivo ni agresivo con ellos y permaneciendo inmune a cualquier distracción. Recordemos que un perro afectivo con los desconocidos es tan molesto para éstos como para su guía. Un perro sociable es un perro indiferente al entorno, un animal que no molesta a nadie y que sólo presta atención a su dueño.
El guía debe atender diariamente a su perro y permitirle realizar ejercicio moderado (paseos, saltos de pequeña altura, natación). Además, ha de esmerarse en potenciar el comportamiento de presa y en enseñarle a manejar la presión, sentando las bases del futuro trabajo de adiestramiento canino.
El perro ha de jugar con la presa siguiendo unas reglas, se ha de condicionar de una forma determinada. Se le estimulará con una pelota o un rodillo provistos de una cuerda, marcando los tiempos reales de un lance de caza completo (1.- Perseguir, 2.- Capturar (mordida de presa, firme, segura y a boca llena), 3.- Matar (sacudir la presa) y 4.- Transportar la presa muerta (traer la presa al guía y mantenerla en la boca).
Para que el joven perro acepte la presión sin inhibirse el guía aplicará pequeños tirones de la correa en los momentos de más actividad de caza (mientras la excitación del perro es máxima frente al movimiento de huída de la presa). Si se actúa de esta forma justo antes de que el perro atrape la presa, se consigue un doble objetivo: 1. Que el perro acepte la presión y 2. Que se sobreponga a la presión, pues ésta precede a la captura. Así, el perro será cada vez más fuerte. Y, además, se conseguirá una caza más enérgica y vigorosa. Así aprenderá el perro a manejar la Presión Activa.
Cuando se establece la rutina diaria de interacción entre perro-guía, el animal espera deseoso a que llegue el momento para desfogarse, y ésto lo haces sobre la base de las normas establecidas. Ahora ya hay una fuerte unión entre el perro y su guía. La atención del perro se centra sólo en él, quedando así establecida la predisposición ideal para el trabajo.
ADIESTRAMIENTO CANINO: FASE DE ENSEÑANZA
El adiestramiento canino de obediencia, de rastreo y de protección ha de pasar por tres etapas:
1.- Enseñanza de la técnica:
Llegado este momento, se le enseñan al perro comportamientos.
a) Al principio se emplea el método natural. Se emplea estímulo positivo (comida o presa) para generar ganas de hacer. Se empieza con “estimulación instintiva” (comida o presa a la vista del perro) para pasar a “esperanza de refuerzo” (comida o presa oculta).
b) Más adelante se introduce presión física activa, en forma de pequeños tironcitos del collar hacia el objeto del instinto, justo en el momento en que éste se aparece y el perro está a punto de obtenerlo. Este tipo de presión permite aumentar el nivel natural de energía y contrarresta la presión negativa ambiental que no puede controlar el adiestrador.
Resumiendo:
– Primero, el perro se activa ante la visión del estímulo instintivo y bajo el efecto de la presión física activa.
– Luego, el perro trabaja enérgicamente ante la esperanza de ser reforzado (la pelota permanece escondida hasta la liberación) y la presión de recuerdo asociada al proceso.
Durante esta fase se persigue un doble objetivo: generar afición por el trabajo y construir un boceto general de lo que será el futuro trabajo técnico.
2.- Corrección de los fallos:
Durante éste período se introduce presión suave cada vez que el perro se equivoca. Inmediatamente después del acierto se recompensa con presión física activa y la comida y la presa.
El objetivo de esta segunda fase fase es mejorar la técnica sin que disminuya la actividad.
3.- Competencia de estímulos:
En esta fase se trabaja el conflicto, entrenando bajo distracción frente a diferentes estímulos (personas, animales, ruidos, etc.), en distintas situaciones (tras un esfuerzo físico, con calor, etc) y en diversos lugares. Cada vez que el perro se distrae, se aplica presión activa y refuerzo instintivo inmediato.
El objetivo es provocar errores para corregir en el momento y enseñar al perro que ha de trabajar en cualquier ambiente y concentrarse únicamente en su trabajo.
Progresivamente, se va alargando el tiempo de concentración. Se le exige mantenerse cada vez mas rato concentrado, reforzando ahora el alargar en el tiempo una conducta determinada (seguimiento al lado, por ejemplo) o reforzando el último ejercicio de una serie.
CONSIDERACIONES:
a) OBEDIENCIA
Se puede entrenar a diario la obediencia del perro.
– Durante la fase de enseñanza se finaliza el trabajo cuando se cumple el objetivo de la sesión con máxima actividad del perro.
– Cuando, más adelante, el objetivo del trabajo sea aumentar el tiempo de concentración, se alternarán clases cortas con otras mas largas, para que el perro no sepa nunca cuanto rato falta para el final y no caiga en desánimo. En todas las clases se exige máxima concentración en todo momento.
b) RASTREO
Para la mayoría de los perros es suficiente con rastrear dos o tres veces por semana. En esta fase de enseñanza, se deben alternar rastros cortos con otros más largos, unas veces con poca comida y otras con mucha, con el objeto de desarrollar paralelamente la técnica y el impulso de búsqueda (éste a través de la esperanza de refuerzo).
Durante el período de entrenamiento el perro ha de resolver, por lo menos, un rastro similar al que habrá de hacer en la prueba (en el Grado I, por ejemplo, media hora de antigüedad, 400 pasos, dos objetos, correa de 10 m.). Trás el segundo objeto, la pista continuará, fácil, con comida y, quizás otro objeto o la pelota como final.
c) DEFENSA
Una o dos sesiones de defensa a la semana, llevadas a cabo por un figurante experto, son suficientes para instruir al perro en la sección de protección.
d) EJERCICIO
El programa de ejercicio físico comenzará con el entrenamiento aeróbico (bicicleta, natación). Más adelante, se combinarán los ejercicios de fondo con los anaeróbicos (cambios de ritmo) y, por último, las dos o tres semanas antes del examen, predominará el trabajo de velocidad (sprints tras la pelota, o Revirs, por ejemplo).
e) PASEOS
Cada día se realizarán uno o más paseos, para que el perro se expansione y se relaje.
f) EXÁMENES DE GRADO
Lo ideal es haber organizado las cosas para obtener los grados I, II y III uno tras otro. Aunque suponga un esfuerzo continuado para el perro, si se encuentra en perfecto estado de salud y condición física, estará acostumbrado a trabajar y podrá superarlo con relativa comodidad.
Una vez que el perro ha alcanzado el nivel III, se valorarán objetivamente sus puntos fuertes y débiles (para programar el trabajo futuro) y se le concederá un período de descanso.
Es importante elaborar un programa de trabajo en relación al calendario de Pruebas del año en curso (por ejemplo, Prueba Selectiva, Campeonato Nacional y Campeonato Mundial).
Es preciso considerar que los eventos oficiales “desgastan” al perro y empeoran su técnica. Y tambien que cada perro tiene un número determinado de, llamémoslas así, “actuaciones estrella”. Así pues, es necesario economizar el número de pruebas a las que nuestro animal se presentará con ánimo de competir.
Si se trata de una hembra, se considerarán sus períodos de celo y de cría, que la apartarán de la competición.
ADIESTRAMIENTO CANINO: FASE DE MANTENIMIENTO
En el período de mantenimiento es preferible disminuir la forma física del perro y el tiempo de las sesiones de trabajo, pero no el nivel de exigencia técnica.
– La repetición de los ejercicios de obediencia, de modo parecido a como exige el reglamento, sólo sirve para que el perro disminuya su motivación, su velocidad de ejecución y su precisión. Durante el período de mantenimiento es preferible dejar de trabajar por un período de tiempo y luego entrenar para mejorar sólo los ejercicios cuya realización resulte imperfecta. Conviene trabajar únicamente aquellos matices que permitirán perfeccionar el conjunto, y puede hacerse obediencia a diario si se exige mucha concentración durante poco tiempo y si se varía la rutina de las clases cada vez.
– Se trabajarán aisladamente y en orden variable cada uno de los ejercicios de sentado, tumbado y de pie y por separado cada una de sus partes (La primera parte es la ejecución, que ha de ser activa: cuando el perro adopta la posición se le libera // La segunda parte es la permanencia, que ha de ser pasiva: el perro ha de mantenerse concentrado antes de ser liberado).
– El ejercicio de “Seguimiento al lado” será tenso y activo, en actitud deportiva, y casi siempre un puente, sin presión, entre el trabajo y la liberación final con presa.
– Ocasionalmente, se realizarán recorridos de Fuss con continuos cambios de ritmo y de dirección, aplicando presión física activa en los giros si es preciso, para mantener al perro atento, concentrado y tenso durante todo el ejercicio.
– Cuando se realice el ejercicio de Apport es preferible hacerlo, la mayoría de las veces, sobre uno de los obstáculos (saltímetro o empalizada) para facilitar la ida y la vuelta directas y evitar que el perro pierda velocidad en el terreno llano.
– Para no gastar la velocidad del ejercicio de Apport sobre el llano, se trabajará sólo la técnica, a sólo un metro de distancia y con el perro en 2 correas, evitando así errores y pudiendo imprimir, si fuera preciso, el stress necesario para una rápida ejecución.
– Ocasionalmente, tras un apport corto bajo presión física activa, se realizará un apport largo sobre el terreno para que, a modo de escape, el perro lo realice a toda velocidad. A continuación se refuerza permitiéndole acceder a la presa.
– La llamada y el voraus, alternativamente, se realizarán siempre al final del trabajo para que se consideren ejercicios de escape y no perder velocidad en su ejecución.
– En el Rastreo en fase de Mantenimiento, en cambio, la intención será aumentar la experiencia del perro. Para ello se realizarán diferentes tipos de pista, se variará el terreno, la antigüedad, las condiciones climatológicas, la hora, los objetos y se cambiará de trazador.
– Se debe evitar emplear presión física en el rastro. El perro debe estar adiestrado cuando se avance en esta disciplina y la presión residual habría de ser suficiente. Si se han desarrollado adecuadamente todos los pasos del adiestramiento en esta disciplina, debería ser posible hacer algún trazado sólo con comida al final de la pista.
– El trabajo de Defensa se debe realizar fuera de la rigidez que impone el Reglamento, con intención de mantener viva la afición del perro –Enfrentamiento y ladrido en diferentes lugares, huidas y contraataques imprevistos, orden de soltar en diferentes situaciones, etc. –. Una sesión por semana puede resultar suficiente.
ADIESTRAMIENTO CANINO: FASE DE PREPARACIÓN DE CAMPEONATOS
Para preparar cada Campeonato habrá de considerarse el lugar y época del año en que se celebrará. Se intentará prever las condiciones climatológicas (temperatura, viento, humedad), el tipo de terreno del rastro (hierba, barbecho o arado), las características del estadio (suelo, dimensiones, proximidad del público) y las particularidades de los figurantes (complexión, energía, movimientos) para entrenar todos estos aspectos.
Antes de empezar el programa hay que asegurarse de que el perro goza de un perfecto estado de salud. Un examen clínico veterinario y analítico es preceptivo. Y se cuidará especialmente la alimentación, empleando pienso de alta energía y complementos alimenticios, si fuera preciso, a las dosis adecuadas.
– Aproximadamente tres meses antes del evento, se iniciará la preparación física del perro como se hizo al principio del adiestramiento. Primero se mejorará su forma física mediante la realización de entrenamiento aeróbico progresivo dos o tres veces por semana. Lo ideal es caminar con él, a buen paso, en trayectos con diferentes pendientes durante un tiempo de entre 30 y 90 mins, o trabajar al paso en cinta, a una velocidad de 4-5 Km/h, comenzando por 15 mins. hasta llegar a un máximo de 60 mins., variando la inclinación cada 5 mins., por ejemplo, o hacerle nadar, sobre todo si la temperatura ambiental es superior a los 20º. No soy partidario de practicar el trote con los perros de IPO porque, aunque es evidente que el trote mejora el fondo, lo cual es bueno para el rastreo, pueden lesionarse los codos. Pero no me gusta, sobre todo, porque los perros que trotan pierden su punta de velocidad, tan necesaria para el trabajo explosivo de obediencia y de protección.
– Tres semanas antes se alternarán, como antes, sesiones aeróbicas con cambios de ritmo con otras exclusivamente anaeróbicas (series de velocidad, con ayuda de la pelota, por ejemplo), aumentando la frecuencia a tres días por semana.
– Durante la semana previa al certamen se realizará sólo el entrenamiento anaeróbico, descansando la semana de la competición. Es aconsejable pasear a diario.
– A estas alturas, el adiestrador conoce lo suficiente a su perro como para saber el tiempo que necesita para su preparación técnica. Cada ejemplar es diferente y cada uno precisa de un diferente número de sesiones para alcanzar la condición en el propio trabajo.
– Como se han trabajado los fallos durante la fase de mantenimiento es de suponer que, a estas alturas, el perro domina perfectamente la técnica.
– Los esfuerzos del adiestrador, por tanto, se encaminarán en una doble vertiente:
a) Aumentar la energía del perro durante el trabajo (esperanza y presión residual activa) y mantenerla bajo control (presión residual pasiva).
b) Incrementar la intensidad y el tiempo de concentración.
Para conseguir ambos objetivos, se intercalarán sesiones cortas con otras más largas, tal y como se describió en el apartado de la enseñanza.
– Se debe viajar al lugar de la celebración con suficiente antelación como para que el perro descanse, se aclimate y conozca los terrenos de rastro.
– Si se ha dispuesto del tiempo necesario y se ha trabajado a conciencia, se debe descansar durante los días inmediatamente anteriores a la celebración, sin dejar de pasear a diario. En el curso de los entrenamientos oficiales (solo se dispone de 5 minutos para la obediencia y de otros 5 para la defensa) bastará con entrenar el saltímetro, la empalizada, el envío hacia delante para que el perro coja la referencia y los revirs, también para que se oriente en el campo.
Desgraciadamente y por diferentes motivos, casi nunca se acude a los campeonatos en las condiciones ideales. Y aunque se haya seguido meticulosamente un programa de entrenamiento, es casi imposible atar todos los cabos y no son infrecuentes los imprevistos de última hora. Casi siempre será preciso improvisar un poco, recurrir a la experiencia personal, contar con la calidad del perro que se presenta… y confiar en la suerte.
¡Ah!, y no olvidar que sólo encuentra la suerte quien la busca.