La comunicación canina y los sentidos en los perros van de la mano.
Los órganos de los sentidos producen, sea de forma consciente o inconsciente, una sensación interior llamada percepción. Los ojos, la nariz, las orejas, las terminaciones nerviosas de la piel, las papilas gustativas, son los órganos de los sentidos, los instrumentos de la percepción, el medio de contacto con el medio ambiente.
La percepción precede a la comunicación que conduce al aprendizaje.
La percepción del entorno es una experiencia personal y única. Y es muy diferente en el perro que en el ser humano.
En estas líneas, se repasan los sentidos en los perros.
VISTA
El cachorro no empieza a beneficiarse del sentido de la vista, como del oído, hasta la segunda semana de vida. A partir de la sexta semana su retina se ha desarrollado lo suficiente como para percibir objetos. Y no alcanza la visión definitiva sino al cabo de los 3 meses de edad.
El campo visual del perro es de unos 250 grados, aproximadamente el doble que el del ser humano.
Su mayor proporción de bastones en la retina les confieren una mejor visión periférica durante el día y también mejor en la oscuridad. Pero ello a costa de que, por tener menos conos, no disponen de una visión de alta resolución. Tienen dificultades para enfocar y para evaluar las distancias.
Los bastones no permiten ver el color rojo. Y, aunque el perro no ve en blanco y negro, como aún se promulga, su escala cromática es diferente a la humana.
El perro distingue la gama de azules aunque, sin embargo, identifica el rojo y el verde como amarillos.
De modo que, si arrojamos a nuestro perro sobre la hierba un mordedor rojo, habrá de identificarlo guiado por su olfato.
OÍDO
El perro tiene un sentido del oído muy desarrollado y que está permanentemente alerta, incluso durante el sueño.
El perro es capaz de oír sonidos, especialmente los agudos de alta frecuencia, a más de 200 m de distancia, mientras que el ser humano apenas es capaz de oír a más de 20 m.
OLFATO
Es el sentido más importante para los perros.
Aunque el tamaño del cerebro del perro es 10 veces menor que el del ser humano, su superficie olfativa es un 40% mayor. El hombre posee unos 5 millones de células olfativas, mientras que el perro cuenta con unos 300 millones.
Los sentidos en los perros no son como los humanos. El perro vive, se orienta y recuerda un mundo de olores.
El Órgano Vomeronasal (Órgano de Jacobson), situado detrás de la mucosa olfatoria y en comunicación con la cavidad bucal, le sirve para identificar el olor de lo que lame o ingiere y del aire. Para detectar feromonas, por ejemplo, sustancias químicas secretadas por los seres vivos con el fin de comportar comportamientos específicos en otros individuos de la misma especie.
Hoy en día, se emplean feromonas como terapia alternativa de apoyo para el estrés. Por ejemplo, la feromona de apaciguamiento canino (Adaptil®), en presentación en collar, en spray o en difusor, es una copia farmacológica de la feromona que emiten las perras durante la lactancia, cuya función es proporcionar a los cachorros tranquilidad y seguridad. Se ha demostrado eficaz en perros de todas las edades.
El extraordinario olfato del perro permite que sea utilizado en multitud de labores operativas: búsqueda de drogas, dinero, explosivos y personas e, incluso, detección precoz de escapes de gas, de incendios o de enfermedades, tales como el cáncer de próstata o de pulmón o la diabetes.
Y nosotros, los aficionados al deporte IGP (antes IPO), disfrutamos enormemente entrenando con nuestros perros en la disciplina de rastreo.
GUSTO
El sentido del gusto está muy poco desarrollado en los perros, los cuales identifican la naturaleza de los alimentos por el olfato.
Por ello, los fabricantes de alimentación canina, se aprovechan del conocimiento de los sentidos en los perros utilización de olores apetitosos para hacer atractivos sus productos para los perros.
Sin embargo, está demostrado que sus células gustativas son capaces de percibir groseramente los sabores dulce, agrio, ácido y amargo, por ejemplo.
Es curioso que no distinguen si el agua es salada. Si están sedientos no tienen inconveniente en beber agua de mar, con los problemas subsiguientes que ello conlleva.
Del mismo modo, huelga señalar el peligro que supone que ingieran envoltorios de plástico o papel que huelen a comida.
TACTO
El tacto es un sentido también muy grosero en los perros. Las almohadillas y la cara, a través de sus pelos son, en cambio, muy receptivas al tacto.
Sensaciones como presión, frío, calor y dolor, son muy subjetivas y varían enormemente de una raza a otra y de un ejemplar a otro.
En resumen, el perro percibe el mundo en olores y en sonidos.
Y, tengámoslo siempre presente, a menos de 50 cm del suelo.
Arsenio Menchero