La etología y el aprendizaje canino evolucionan cada día.
Los sistemas clásicos de adiestramiento, similares durante siglos, han experimentado un cambio radical a partir de 1980. Y ello ha tenido lugar gracias al análisis y a la comprensión de la psicología canina.
En la actualidad, etología y adiestramiento van necesariamente de la mano. Hoy día, no se concibe desarrollar un programa de entrenamiento sin justificar el porqué de su empleo. El resultado es que, tanto el adiestramiento con fines operativos como el de alta competición, han alcanzado altas cotas.
Comportamientos
En los manuales de etología clínica veterinaria se estudian los siguientes comportamientos del perro:
- TRÓFICO: que incluye la búsqueda, selección y consumo del alimento.
- SOCIAL: incluyendo las diferentes formas de agresividad, los comportamientos de comunicación y las relaciones de dominancia y de jerarquía.
- DE ELIMINACIÓN: de orina y heces, incluyendo el marcaje territorial.
- REPRODUCTOR: que incluye las conductas sexual y maternal.
- DE GROOMING: que incluye todas las acciones relacionadas con el cuidado y el acicalamiento de la superficie corporal.
Para el adiestrador de perros, los fundamentos etológicos se deben centrar en los comportamientos instintivos:
- trófico (caza y alimentación) y
- social (jerarquía y agresividad).
Y ello se debe a que la conducta siempre se presenta:
- Como resultado de la activación de un instinto.
- Con el fin de satisfacer una necesidad.
INSTINTOS
Según el diccionario: “Instinto es la tendencia o propensión que determina la práctica de acciones, generalmente útiles o benéficas para el individuo, sin ejercicio de la razón”.
Hemingway lo define aún mejor: “Instinto es el conocimiento inconsciente del comportamiento ancestral”.
Los instintos son innatos. Los comportamientos se aprenden.
EJEMPLO:
- El hecho de morder, forma parte de los comportamientos instintivos innatos de defensa y de presa. La mordida instintiva es innata.
- Sin embargo, a lo largo de su vida, el perro desarrolla una técnica concreta de mordida, fruto de su aprendizaje.
Instinto. Impulso. Comportamiento
Maticemos la diferencia entre Instinto, Impulso y Comportamiento:
- INSTINTO es la capacidad de hacer.
- IMPULSO instintivo es el deseo de hacer.
- COMPORTAMIENTO es la forma de hacer.
EJEMPLO:
- El IMPULSO de caza generado ante la visión de la presa en movimiento…
- activa el INSTINTO predatorio y
- se produce el COMPORTAMIENTO de cazar la presa, comportamiento compuesto por las fases de:
- atraparla,
- matarla,
- transportarla a un lugar seguro
- descansar y, luego de haber descansado,
- comerla.
El instinto más fuerte es el supervivencia
El objetivo común de los comportamientos instintivos primarios es asegurar la supervivencia del individuo. Tanto sea a través de la caza (obtención del alimento) como de la defensa (autodefensa, defensa de la jerarquía, defensa del territorio, defensa de la comunidad, etc).
Todas las razas de perros, incluso las más sofisticadas y artificiales, participan de los mismos instintos elementales de sus antecesores lupinos.
La secuencia de acción es la siguiente:
- La inquietud generada por la apetencia (estímulos positivos) o por la inseguridad (estímulos negativos), empuja al perro a realizar diversas acciones instintivas, innatas, encaminadas a restaurar la calma.
- A través del “método del ensayo y del error”, el perro discrimina que conductas son las más adecuadas. Éstas se presentarán cada vez, en lo sucesivo, con mayor facilidad y expresividad.
El aprendizaje humano va emparejado al conocimiento. En el animal, los comportamientos aprendidos son consecuencia de la experiencia. Conforme va adquiriendo experiencia, el perro desarrolla comportamientos cada vez más complejos.
Primero se aprende. Repitiendo, se consolida el comportamiento aprendido.
El comportamiento instintivo está desencadenado por estímulos del ambiente. Aunque haya (o no), un estímulo interno concomitante. Es un comportamiento reactivo, de fuera a dentro. Por ejemplo, el movimiento de la presa (estímulo externo) activa el comportamiento de caza, con o sin hambre (estímulo interno).
Los estímulos que representan peligro activan siempre el impulso de sobrevivir.
El Impulso instintivo de Supervivencia no está sometido a cansancio de acción.
Por eso, ante una situación de conflicto, necesariamente se produce una respuesta de huida o de defensa.
- Huida, tanto ante amenazas ambientales (tormentas, ruidos, derrumbamientos, etc.), como de otro ser vivo de la misma o de distinta especie. Lo habitual es que la huida sea activa (salir corriendo). Pero, si el perro no puede huir, bien porque esté paralizado por el miedo o porque se encuentre acorralado (o atado), puede optar por la forma pasiva de la huida. Está representada por las conductas de evitación, tales como disimular, olisquear, orinar… O puede cambiar de instinto:
- Defensa, sea autodefensa como defensa de sus pertenencias (territorio, comunidad, alimento…)
El instinto de CAZA está subordinado al de supervivencia
- Cazar contribuye a la supervivencia del individuo, aunque de forma indirecta. Es preciso alimentarse para subsistir y una de las formas de conseguir alimentos es cazar.
- El impulso de caza está sometido a cansancio de acción (saciado su apetito, el depredador no continúa cazando).
- El impulso de caza se debilita o, incluso se inhibe por completo, cuando coexisten estímulos aversivos de mayor importancia que producen agotamiento, enfermedad o miedo.
NECESIDADES
El perro tiene necesidades de alimento, de agua, de ejercicio, de descanso, de orden, de afecto…
A diferencia de lo que sucede con los comportamientos instintivos, para satisfacer una necesidad, el perro actúa sobre el ambiente antes de que éste lo haga sobre él. El animal necesita algo, se sirve de su aparato sensorial y procede en consecuencia. Finalmente, satisfecha la necesidad, vuelve a la inactividad.
Para satisfacer una necesidad motivada por un estímulo interno, el perro ha de desarrollar un comportamiento activo que se desarrolla de dentro a fuera.
Instintos y necesidades
En ocasiones, un estímulo externo genera una conducta encaminada a satisfacer un instinto; en otras, un estímulo interno desencadena un comportamiento para aplacar una necesidad.
Tanto durante los comportamientos instintivos como en el curso de aquellos que tienen por objeto satisfacer una necesidad, se realizan esquemas de conducta que terminan en sí mismos. La conducta completa necesariamente un ciclo, al cabo del cual el estímulo desencadenante desaparece.
Así, cuando se cierra el ciclo de caza, el estímulo inicial presa en movimiento ya no está presente. Y lo mismo ocurre cuando después del rascado cesa el picor. En ambos casos, el animal satisface su “apetito” y su organismo vuelve a estar en reposo.
A lo largo de su vida, el perro aprende por sí mismo todo un conjunto de comportamientos, algunos de ellos verdaderamente complejos y elaborados, que le sirven para neutralizar los estímulos ambientales (alejarse hace que desaparezca el olor del depredador que amenaza peligro) o para evitar sus influencias (resguardarse de la lluvia impide el mojarse).
EL ADIESTRAMIENTO
Cuando hablamos de adiestrar al perro, nos estamos refiriendo al proceso mediante el cual le enseñamos determinados comportamientos con intención de ponerlos bajo nuestro control..
Hemos de desarrollar el adiestramiento en dos planos diferentes:
- El adiestramiento social se lleva a acabo a un nivel de energía bajo. Lo que prima es la tranquilidad. El instinto no ha de estar activado.
- El adiestramiento deportivo, en cambio, ha de llevarse a cabo sobre la base de la activación instintiva. Sólo así la energía del perro durante su trabajo se mantendrá siempre en nivel medio-alto.
Para que el perro aprenda, es preciso que exista motivación.
EL ADIESTRAMIENTO DEPORTIVO persigue dos objetivos:
- Primero: que el perro active su instinto en respuesta al comando o señal del adiestrador.
- Segundo: que el perro satisfaga dicho instinto realizando el comportamiento deseado por el adiestrador.
Gracias al adiestramiento, el perro también adquiere expectativas acerca de la secuencia de ciertos hechos. Así, por ejemplo, en el perro deportivo de IGP se establece la correlación: “la visión de la correa de 10 m precede a rastrear”.
Condicionamiento
Para que exista acción, es preciso que exista energía. Y la activación del perro a voluntad del guía, se logra con Condicionamiento Clásico. Gracias a este proceso, el perro aprende estímulos y refuerzos que carecían de significado para él antes del condicionamiento.
Con Condicionamiento Instrumental el perro aprende a usar la conducta como instrumento para lograr su objetivo. Así, le enseñamos comportamientos.
Sin olvidar que, ambos tipos de condicionamiento van siempre de la mano. No sucede el uno sin el otro.
Estímulos
Estímulo es cualquier sensación a la que el animal es susceptible. Y, un estímulo, puede ser el desencadenante tanto de un reflejo como de una conducta aprendida.
Los estímulos tienen una intensidad relativa. Dependen de las condiciones físicas y psíquicas del sujeto sobre el que inciden y de su propia interacción, potenciando sus efectos o compitiendo entre sí.
Así, por ejemplo, cuando un perro tiene picores el estímulo comida puede ser inoperante.
Así pues, ciertos estímulos internos (como hambre, sed, dolor, debilidad, etc.), pueden potenciar o disminuir la intensidad a los estímulos externos presentados por el adiestrador, facilitando, dificultando o impidiendo el entrenamiento.
Reflejos
Reflejo, según la definición del Diccionario Médico, es la transformación inconsciente, en un centro nervioso, de una impresión en acción. Dicho de otro modo, un reflejo es la respuesta orgánica, invariable e involuntaria, a un estímulo determinado.
- Los reflejos naturales –mas de 300 descritos—son innatos y se producen con el concurso de la parte evolutivamente más primitiva del Sistema Nervioso Central.
- El aprendizaje puede hacer que se establezcan numerosos reflejos condicionados, los cuales, a diferencia de los reflejos naturales, precisan de la participación de la Corteza Cerebral.
En los procesos de Condicionamiento Clásico se aprenden estímulos.
En el Condicionamiento Clásico la ley fundamental es la correlación estímulo-consecuencia. Y el estímulo incondicionado al que se condicionó otro estímulo, debe convertirse en el refuerzo del proceso. Sólo así se mantiene la respuesta condicionada. Únicamente de esta manera, se mantendrá la capacidad excitatoria del estímulo aprendido.
Los estímulos que señalan fiablemente una consecuencia importante, condicionan una respuesta orgánica automática y, al tiempo, un estado de ánimo concreto (alegría, excitación).
CON ADIESTRAMIENTO SE CONSIGUE EXCITACIÓN CONDICIONADA
Es evidente que al adiestrador no le interesa la respuesta biológica refleja “salivación” del experimento de Pavlov, pero es enormemente útil activar a voluntad en el perro un estado de ánimo positivo (excitación o alegría, en nuestro caso). Si el perro se excita a requerimiento de su guía, se sentirá lleno de vigor y estará presto para comportarse enérgicamente durante el trabajo.
Con condicionamiento clásico se consigue dotar de significado a los estímulos elegidos por el adiestrador, de forma que éste pueda acuciar a su conveniencia el impulso instintivo del perro que conduce. Los diferentes protocolos de inicio de cada especialidad de trabajo (rastreo, obediencia, protección, salvamento, agility, etc), tienen por objeto preparar al perro para que desde el comienzo del trabajo esté tenso, atento y centrado en el cometido que ha de desempeñar.
* CONDICIONAMIENTO CLASICO AVERSIVO.
Basados en los trabajos de Pavlov, que utilizaba estímulos incondicionados apetitivos (comida), BECHTEREV, en 1913, realizó los primeros experimentos con estímulos incondicionados desagradables o aversivos.
El Condicionamiento Clásico Aversivo, al igual que el Apetitivo, produce actividad y excitación frente a los estímulos elegidos por el adiestrador. En este caso, el refuerzo consiste en la no-aparición del estímulo aversivo. La conducta condicionada evita el estímulo desagradable (una pequeña descarga eléctrica en el caso del experimento de Bechterev).
* REFUERZOS
La excitación condicionada, producida en el curso de los procesos de Condicionamiento Clásico, puede ser confirmada con un refuerzo condicionado elegido por el adiestrador, diferente del refuerzo biológico inicial.
En el caso del experimento de Pavlov, por ejemplo, hemos visto como la comida produce excitación incondicionada. Si, habiéndose establecido el reflejo condicionado sonido-excitación, se asocia comida-caricia, se condiciona ésta como refuerzo.
Del mismo modo, si en el experimento de Bechterev se asocia caricia-ausencia de descarga, aquella acaba adquiriendo el valor de refuerzo.
Al adiestrador le interesa condicionar refuerzos para fijar las conductas que enseña al perro.
EN EL CURSO DEL CONDICIONAMIENTO CLASICO SE REALIZA SIMULTANEAMENTE EL APRENDIZAJE DE ESTIMULOS Y DE REFUERZOS
*CONDICIONAMIENTO INSTRUMENTAL.
Aprendizaje de Comportamientos.
Los experimentos del psicólogo americano THORNDIKE (1874-1949) aportaron nuevas luces al conocimiento de los procesos del aprendizaje.
En sus investigaciones, un gato hambriento era encerrado en una jaula cuya puerta podía ser abierta desde el interior al ser accionada una palanca. Las primeras acciones del animal para salir de la jaula eran diversas y desordenadas. Cuando, casualmente, se producía la presión sobre la palanca, la puerta se abría y el gato obtenía como recompensa una pequeña cantidad de comida. Tras repetir varias veces el proceso, a través del método del ensayo y del error, el gato aprendía a abrir la puerta.
EN CONDICIONAMIENTO INSTRUMENTAL LA CONDUCTA ES EL INSTRUMENTO QUE PERMITE OBTENER EL FIN DESEADO
Con Condicionamiento Instrumental, se aprende el Comportamiento Condicionado que produce la aparición de la recompensa.
En el caso de que se trabaje con Estímulos Positivos, la conducta se refuerza obteniendo el propio estímulo. Cuando se hace con Estímulos Negativos, la no-aparición del estímulo actúa como reforzador: la conducta evita el estímulo aversivo. En ambos casos, los estímulos (EIs) han de ser biológicamente importantes para poder obtener respuestas potentes.
· La intensidad de la Respuesta Condicionada (RC) está en relación con la magnitud de la recompensa.
En este sentido, para un animal acostumbrado a pequeños refuerzos alimenticios, el cambio repentino a un programa con mayores cantidades de comida hace que mejore la intensidad en la expresión de su comportamiento. Realmente, en la naturaleza ocurriría lo mismo.
Si hay pocas presas en el ambiente, el hecho de disponer de abundante alimento en un momento determinado produciría en el cazador una especie de “afán recolector”, en previsión de que aparezca nuevamente la situación anterior, a la que estaba acostumbrado.
Por el contrario, si un animal habituado a obtener grandes cantidades de alimento por su trabajo, de repente se viera recompensado con pequeñas porciones, de seguro disminuiría su motivación y por tanto su actividad. Como para ahorrar energías. ¿Para qué esforzarse si probablemente vuelvan las condiciones anteriores con abundancia de comida?
Dicho de otro modo: los animales aprenden a esperar un determinado nivel de refuerzo y, cuando éste se ve alterado, se produce un impacto sobre la activación y la motivación, proporcional al aumento o decremento de la recompensa.
Este hecho nos permite demostrar que la esencia del aprendizaje es la adquisición de expectativas. Gracias al aprendizaje se puede predecir la secuencia de hechos que ocurrirán a continuación.
· La aparición inconstante de la recompensa aumenta la intensidad del condicionamiento instrumental.
En los programas con refuerzo intermitente se obtienen mejores resultados, tal vez porque así ocurre en la naturaleza (un depredador no consigue cazar todas las piezas que persigue). Al no tener el éxito asegurado, el animal pone más atención y esmero en el camino a seguir para alcanzar su objetivo.
· Volvamos al gato del experimento y supongamos que ya sabe abrir la puerta para comer. Si, en un momento determinado, sin hambre, quisiera salir de la jaula por otro motivo, sería muy probable que apretara la palanca. Se habría entonces establecido el llamado proceso de GENERALIZACION.
El hecho de que los animales sean capaces de servirse de una conducta condicionada, movidos por estímulos diferentes a los inicialmente empleados durante el proceso de enseñanza de comportamientos, demuestra que el aprendizaje permite establecer asociaciones diferentes y de mayor complejidad que las producidas a consecuencia del condicionamiento.
· En todo proceso de Condicionamiento Clásico existen fenómenos de Condicionamiento Instrumental. Y viceversa.
Por ejemplo, en el Condicionamiento Clásico Aversivo con electricidad, el sujeto realiza respuestas motoras que contribuyen a aminorar el rigor de la descarga. Del mismo modo, cuando se está desarrollando el procedimiento de Condicionamiento Instrumental “apretar la palanca para obtener comida”, todo el complejo de estímulos está emparejado con la comida (EI), produciéndose simultáneamente una respuesta clásica (salivación, excitación).
Dado lo complejo y ambiguo de la diferenciación entre ambos tipos de condicionamiento, actualmente se enfoca el tema considerando su interacción.
En los experimentos actuales, se pone especial interés en el siguiente hecho: a la conducta instrumental en curso se superpone un estado emocional establecido mediante Condicionamiento Clásico, exactamente igual que ocurre en el desarrollo del adiestramiento.
*CONDICIONAMIENTO CLASICO: ESTIMULO-CONSECUENCIA.
*CONDICIONAMIENTO INSTRUMENTAL: RESPUESTA-CONSECUENCIA.
RESUMEN:
Resumiendo todo lo expuesto:
*En adiestramiento, el Condicionamiento Clásico se emplea para:
- Enseñar estímulos y fomentar las ganas de hacer (EXCITACIÓN CONDICIONADA).
- Enseñar los refuerzos que resulten más útiles (CONDICIONAMIENTO DE REFUERZOS).
- Desarrollar y modificar el INSTINTO a conveniencia.
*El Condicionamiento Instrumental permite la instrucción en la forma de hacer (ENSEÑANZA DE LA TECNICA).
Es evidente, por tanto, que un correcto trabajo de adiestramiento ha de conllevar tanto una buena ejecución técnica como una actitud alegre y enérgica, plena de concentración y actividad.
ENERGÍA DURANTE EL TRABAJO
Los niveles de energía del perro se encuentran en cada momento sometidos a la actuación de tres fuerzas:
1. IMPULSO INSTINTIVO:
La que llamaremos “Fuerza del Instinto”, engloba todos los agentes que, actuando en forma de apetencia, estimulan en el perro pulsiones positivas de excitación.
Son estímulos instintivos, por ejemplo, la comida, la bebida, el movimiento en huida de la presa, el alejamiento del guía, etcétera.
Todos ellos ejercen en el perro un efecto de estimuladores de actividad, generando energía que el perro puede expresar a través de su movimiento, de sus ladridos o de su mordida, entre otras formas de presentación.
2. PRESIÓN NEGATIVA:
El perro está también expuesto a estímulos negativos, de carácter desagradable, que presionan su estado físico o psíquico, disminuyendo su capacidad de acción en mayor o menor medida.
Son ejemplos de presión pasiva ambiental el calor, la nieve, la lluvia o el viento, los truenos y los sonidos estridentes como explosiones o detonaciones, las aglomeraciones de personas o animales, el tráfico intenso, etc.
También el perro interpreta como presión pasiva la manipulación que su guía ejerce sobre él durante el adiestramiento. O mientras le cepilla. Y es presión la acción veterinaria de explorarle o vacunarle.
Y, por supuesto, es presión pasiva cualquier tipo de coacción física o psíquica ejercida sobre el perro, voluntaria y involuntariamente, por personas o animales.
Los ejercicios de obediencia que implican autocontrol y estatismo, como las posiciones de sentado, tumbado o de pie, llevan implícito un segmento de presión pasiva que hace que el perro se mantenga inmóvil.
3. PRESIÓN ACTIVA:
La ley de competencia de estímulos establece que si dos estímulos se presentan simultáneamente suman o restan sus intensidades dependiendo de que obren en la misma o contraria dirección.
Por ejemplo, supongamos el caso de un perro hambriento que, para alcanzar su alimento (estímulo instintivo), deba saltar una zanja que le intimida (presión pasiva). Si el animal considera la dificultad insuperable, no realizará el salto. Ni aunque tenga más hambre, ni aunque el alimento sea más cuantioso o más apetitoso. Dicho de otra forma: si la presión pasiva es de intensidad superior a la estimulación instintiva, el animal no llevará a cabo la acción apetitiva que se habría producido en ausencia de presión pasiva.
El adiestrador experto sabe dosificar a la perfección los segmentos de presión pasiva que maneja en cada momento del trabajo con su perro. Conoce hasta qué punto puede presionar a su alumno durante la enseñanza de la técnica, sin caer en el peligro de destruir la motivación.
Pero, sin embargo, escapa a su control la presión ambiental. Si el único recurso de que dispone el adiestrador para contrarrestar la presión pasiva es el instinto, se encontrará indefenso en cuantas ocasiones la presión pasiva supere a éste.
Cuando un perro se inhibe ante la presión, sólo la contrapresión puede devolverle a un estado de actividad. Y a este tipo concreto de presión que, por ir en dirección del instinto, excita al perro, se le llama presión activa.
Así pues, el nivel de energía del perro en cada momento depende de la interacción de las tres fuerzas antes descritas:
ENERGÍA = INSTINTO + PRESION ACTIVA — PRESIÓN PASIVA
Manejo de la energía del perro
El adiestrador ha de ser capaz de manejar los diferentes niveles de energía de su perro, para emparejar el adecuado a cada una de las referencias señalizadas con los comandos.
- Un perro que no sepa mantener a cero su energía no será capaz de realizar el ejercicio de TUMBADO BAJO DISTRACCIÓN en silencio y sin moverse.
- Aquel que no sepa regular con precisión los diferentes segmentos de presión pasiva y activa, no podrá pasar enérgicamente de una a otra posición (tumbado, sentado, de pie), sin desplazarse ni un centímetro en el terreno.
Antiguamente, el trabajo de adiestramiento se basaba en el uso exclusivo de la fuerza. Era el sistema alemán, empelado en las unidades militares de entrenamiento de perros durante la Segunda Guerra Mundial.
Entonces, los perros eran obligados a realizar las conductas que se esperaba de ellos. Y, aunque, efectivamente, obedecían, de seguro que su gusto por el trabajo debía de ser más que dudoso.
Hoy en día se busca en todo momento fomentar la actividad en el perro. Los sistemas modernos implican adiestrar de acuerdo con la voluntad del perro. El perro actúa porque desea hacerlo. La acción se basa en el manejo de pulsiones o de necesidades, condicionadas previamente.
- Antes se empezaba el adiestramiento enseñando al perro a reaccionar a los estímulos presentados por el adiestrador. Era un trabajo reactivo, de fuera a dentro.
- Al principio, el perro escapaba de la presión
- Después, el perro evitaba la presión.
- Ahora se empieza con un trabajo activo, de dentro a fuera.
- El perro debe aprender a ser activo, a llevar las riendas del trabajo, la única forma de aumentar en confianza y en seguridad, de mostrarse sólido y firme.
- Todo movimiento del perro durante el adiestramiento debe ser libre y espontáneo. No olvidemos que, en condiciones naturales, los perros aprenden por el sistema del ensayo y del error.
Los animales encerrados en un espacio provisto de una palanca que, al ser accionada, proporciona alimento, no son enseñados fácilmente a pulsarla con la pata. Podemos tomar la pata del animal, llevarla hasta la palanca y ejercer la presión necesaria, seguida de la correspondiente recompensa, y repetir esta secuencia varias veces. Pero cuando el perro se encuentre sólo, será incapaz de obtener directamente la comida.
Enfrentado a este problema, el perro hambriento emprenderá diferentes acciones movido por su impulso de alimentarse. A partir del momento en que, de forma fortuita, accione la tecla y obtenga la comida, el aprendizaje evolucionará de forma mucho más rápida.
LA PRESIÓN ACTIVA
En la naturaleza existe presión y, a pesar de ello, los perros salvajes, como sus antecesores, los lobos, son capaces de sobreponerse a ella para sobrevivir. La supervivencia es una continua lucha bajo presión. Pero en todas las acciones que entrañan peligro el instinto está por encima de la precaución.
En este principio se basan los métodos actuales de entrenamiento de perros de policía o de deporte. Emplean presión para activar la conducta de supervivencia del perro y conseguir que éste obedezca siempre a su guía, pero no olvidan mantener en todo momento el impulso instintivo a su más alto nivel.
LA INTENSIDAD DE LA PRESIÓN DEBE SER MENOR QUE LA INTENSIDAD DEL IMPULSO INSTINTIVO
La presión activa, la tercera de las fuerzas que ejercen acción sobre los niveles de energía, es presión hacia el instinto. El adiestrador la emplea para conseguir aún más acción. Por encima de las cotas naturales.
EJEMPLO
- Supongamos que frente a la estimulación instintiva de un trozo de carne se consigue en el perro un impulso natural de fuerza 10, por decir un número.
- Si le retiene de la correa mientras el impulso instintivo está activo con fuerza 2, tirará de ella con fuerza 12.
- Si se le dejara libre súbitamente, saldría hacia la carne con 2 puntos más de fuerza que al principio. Con fuerza 12.
- Pero, si en el momento de la liberación, se le empujara hacia la comida con fuerza 2 (aplicando un pequeño tirón de la correa), saldría con fuerza 14, ¡4 puntos más que ante la sola estimulación instintiva!.
Empujando con presión activa al perro hacia el instinto, se consigue que el grado de compulsión ante el objeto del instinto aumente por encima de los niveles naturales.
La mayoría de los adiestradores especialistas en formar perros de policía o perros deportivos de alta competición bajo los reglamentos de IGP, emplean presión activa en las tres secciones: rastreo, obediencia y protección.
¿Cual es el objetivo al emplear presión activa?
Creando compulsión se puede generar más energía. Y es de esta forma como se neutralizan segmentos de presión ambiental, fortaleciendo el trabajo del perro.
- Si mi perro, en mi campo de trabajo, trabaja la obediencia a 100, resultando excelente, cuando asista a un campeonato y se enfrente a 20 de presión pasiva ambiental disminuirá su rendimiento a 80 y será sólo bueno.
- Si empleando presión activa consigo que en casa trabaje a 120, muy por encima de sus posibilidades reales, cuando se enfrente a la misma situación de 20 de presión pasiva, rendirá a 100 y será excelente también allí donde esté.
Con el uso simultáneo de las tres fuerzas, instinto, presión activa y presión pasiva, se puede comprimir la energía del perro, como si se tensase un arco, como hace un esprínter en los tacos de salida.
La energía se comprime
- para liberarla de golpe, en el ejercicio de llamada a toda velocidad desde tumbado ó
- para dosificarla, como en el ejercicio de seguimiento al lado, tenso y vibrante,de la obediencia deportiva.
Las presión activa se aplica en la preparación y en el entrenamiento del rastreo, de la obediencia y de la defensa.
Pero eso será objeto de otros artículos.