PREGUNTA: MI PERRO SE COME SUS CACAS. ¿ES ESO NORMAL? ¿CÓMO PUEDO EVITARLO?
RESPUESTA
Que el perro se coma sus cacas es desagradable. Pero, hasta cierto punto, es algo normal que lo haga. En determinadas circunstancias.
Ciertos animales, especialmente los herbívoros, no digieren del todo sus nutrientes. Sus heces contienen alimentos semidigeridos.
La coprofagia, como así se denomina la ingesta de heces, es una conducta normal de algunas especies de insectos, que se alimentan exclusivamente de ellas. Así reciclan la materia orgánica y ayudan a mantener el ecosistema.
Los roedores, como el conejo, tienen un aparato digestivo poco eficaz. Y, en vez de comer más hierba, defecan unas deposiciones blandas llamadas cecotrofos, que ingieren de inmediato. A diferencia de las deposiciones normales, fruto de la segunda digestión, que ya no consumen.
Las crías de los elefantes, por ejemplo, tragan las heces de sus padres para obtener las bacterias necesarias para digerir la vegetación que encuentran en su hábitat.
Otros seres vivos, sin embargo, practican la coprofagia de manera inusual. O, incluso, patológica (en humanos, por ejemplo, es una parafilia).
Las cierto y natural es que las perras consumen las heces de sus cachorros. Y a veces, incluso, las suyas propias. Probablemente lo hagan para mantener limpio su habitáculo y, también, instintivamente, para no ofrecer su olor a otros posibles predadores. Fuera de este contexto, puede que se fije esta costumbre. O que se desarrolle a través de empezar a consumir heces por su parecido en olor, temperatura y textura con la comida regurgitada. La que la madre ofrece a sus cachorros. ¡Quién sabe!.
Porque, en realidad, justificar la conducta de ingerir heces no tiene ningún fundamente. Sea por ansiedad, por aburrimiento, por imitación o por carencias alimentarias.
Lo que sí es cierto es que comerse las cacas es un comportamiento repugnante, que puede convertirse en una costumbre y que puede provocar problemas de salud. Como, por ejemplo, el establecimiento persistente de parasitosis intestinales.
Cómo solucionarlo pasa por:
- Mantener al perro sano (el veterinario controlará su estado de salud).
- Tenerle en un entorno limpio.
- Evitar que esté cerca de sus deposiciones (recogerlas inmediatamente).
- Asegurarle una alimentación adecuada.
Suerte y ¡que nos ocurra con vuestro perro!.