En estas líneas, nos referiremos a los perros de asistencia y de servicio social, adiestrados para auxiliar a las personas con discapacidad en el desarrollo de las labores de la vida cotidiana.
En primer lugar, la FCI (Federación Cinológica Internacional) reconoce como razas de trabajo las que han sido genéticamente seleccionadas para desempeñar funciones concretas: pastoreo, guarda, defensa, etc.
Pero no todos los perros de trabajo han de ser de raza. Algunos de los perros de policía, de rescate, de pastor o de ayuda no lo son.
En segundo lugar, Cualquier persona con condición física o psicológica que limite su vida, podría tener un perro de asistencia. Le proporcionará ayuda en situaciones concretas y también ayuda emocional, a través de proporcionar seguridad y confianza.
En tercer lugar, y lo más importante, el perro de asistencia, sea o no de raza, ha de tener una gran capacidad de aprendizaje, un carácter dócil, tranquilo, afectuoso y un comportamiento previsible. Ha de ser un perro equilibrado que se comporte adecuadamente en sociedad. Que no se asuste ni reaccione agresivamente ante estímulos sorpresivos.
TIPOS DE PERROS DE ASISTENCIA:
- Perro Guía: Aquel que ha sido adiestrado en centros especializados para el acompañamiento, conducción y auxilio a personas con discapacidad visual.
- De alerta médica: Aquel que ha sido adiestrado para avisar de una alerta médica a aquellas personas que sufren diferentes patologías productoras de crisis recurrentes de desconexión sensorial (diabetes, epilepsia, etc.) que pueden llegar a comprometer su vida.
- Perro Señal: Aquel que ha sido adiestrado para avisar a las personas con discapacidad auditiva de la fuente de procedencia de distintos sonidos.
- Para discapacitados físicos: Adiestrados para ayudar en las actividades de la vida diaria a personas con capacidad motora disminuida.
- Perro de TEA: Aquel que ha sido adiestrado para aumentar la socialización y mitigar las conductas disruptivas de personas con autismo (Trastorno del Espectro Autista) y otros trastornos psicológicos como la depresión y enfermedades como el Alzheimer.
- Perros que, junto con sus guías humanos, llevan a cabo terapias asistidas en colegios, hospitales, residencias de ancianos, centros penitenciarios, juzgados…
Habilidades de los Perros de Asistencia
Los perros de asistencia realizan múltiples habilidades, tales como abrir puertas y cajones, llevar objetos a su guía, pulsar interruptores…
Los perros de terapia reciben un adiestramiento acorde a la función que desempeñan.
El perro que se emplea para tratar a un niño autista, por ejemplo, habrá de ser activo. Se hará el muerto, saludará, dará la pata…
Sin embargo, el que participe en una sesión con una víctima del maltrato machista, quizás solo precise estarse tranquilo y aproximarse a la paciente cuando el adiestrador se lo indique.
Legislación sobre los Perros de Asistencia
Mediante el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, se aprobó el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, que incorpora y armoniza las disposiciones normativas dictadas con posterioridad a la ratificación de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, con la finalidad de adaptar la normativa española a los principios y derechos declarados en la misma.
El BOE recoge la legislación consolidada en las diferentes Comunidades Autónomas españolas con respecto a la acreditación de “perro de asistencia” en sus diferentes grados de capacitación (en formación, en activo y jubilado) y de “usuario” de un perro de este tipo.
Este reconocimiento conlleva el registro y la expedición de un distintivo de identificación oficial que portará el perro de asistencia (chapa), un carné de la unidad de vinculación (la formada por el usuario y el perro).
El derecho de acceso al entorno permite al usuario y a su perro circular y permanecer en todos los espacios, transportes y establecimientos de uso público, privado y colectivo, incluidos los entornos laboral, recreativo y de ocio. Así se garantiza a la persona con discapacidad la igualdad de oportunidades.
En conclusión: Los perros son terapeutas naturales. Potencian la comunicación, mejoran la autoestima, acrecientan la empatía, desarrollan la motilidad, evitan la soledad, sanan la depresión, disminuyen la ansiedad, estimulan la mente, impulsan el contacto social y físico.
Así que, si ya no lo has hecho: ¿Por qué no poner un perro en tu vida?
“Al principio Dios creó al hombre… pero, viéndolo tan débil, le dio el perro”.
Alphonse Toussenel (17 de marzo de 1803 – 30 de abril de 1885) naturalista, escritor y periodista